Es difícil para quienes poseen una alta credibilidad y una buena reputación, asumir posturas  ante ciertos conflictos, especialmente si son religiosos o políticos; cuando lo hacen, por lo general, se generan polémicas que ocasionan más de una incomodidad a uno y a otros. Sobran los detractores. Se acentúan los silencios.  Es lo que transmite  el escritor y filósofo español Fernando Savater al asumir su postura, en franca coherencia con su trayectoria.

Una gran causa de profundo dolor,  le hizo anunciar el año pasado que dejaría de escribir.  Ahora, una buena causa, el conflicto catalán,  le hace pronunciarse a través de su obra “Contra los separatismos”.

El libro, cuyo título no puede ser más elocuente,  fue presentado en el FIL de  Guadalajara,  y aborda de manera contundente  el tema de la crisis catalana.   Según el autor, Son tantas y tan burdas las mentiras que se manejan en el asunto que es necesario afrontarlas con claridad  y  “ reconozco que  con cierta virulencia”.  También  el silencio de sus colegas intelectuales  frente a un tema que “amenaza las democracias de nuestro tiempo”, le obligó a tomar partido y de nuevo incurrir en el  “pecado de la vejez”, como llama al oficio de escribir.

En su obra, Savater establece las diferencias entre nacionalismo y separatismo  y  recuerda lo importante que es la educación como el “instrumento revolucionario por excelencia” que aunque sus efectos no son inmediatos es,  junto a los medios de comunicación lo que sustenta la formación y claridad en el manejo de tales conceptos.   Así nadie debería apoyarse en el nacionalismo,  para hacerse importante siendo de un sitio u otro y no por mérito propio.  Todo esto, a su entender, es ,oportuno decirlo.  Afortunadamente y contra los separatismos,  Savater volvió.