Confundir los residuos plásticos con comida es cosa de aves marinas…Pero confundir o engañar mediante noticias falsas, es asunto deliberado de personas o medios que circulan por Internet y las redes sociales.  Aunque ambos casos se asemejan sobre todo en las consecuencias nada agradables, las especies del mar se engañan a sí mismas,  en tanto que la falsedad en la noticia es propiciada para engañar a los demás y obtener provecho propio.

Un estudio realizado por la Universidad de California, encontró la respuesta que intrigaba a los científicos, quienes creen imposible que especies adaptadas a su hábitat  durante miles de años pudieran confundir tan fácilmente el plástico con alimento.  Las especies estudiadas cuentan con un olfato especialmente  sensible al sulfuro de  dimetilo,  un compuesto  bioquímico que segrega el filoplanton en descomposición y que orienta a estas aves hacia su comida.  Los científicos encontraron que los residuos de plástico luego de tres meses flotando comienzan a emitir el dimitilo convirtiéndose en un apetitoso bocado para las especies estudiadas que son las más propensas a caer en el engaño.     Y va más allá,  determina que  también algunas especies de peces, tiburones, tortugas y hasta ballenas son atraídas por el olor del sulfuro dimitilo y caen en lo que llaman trampa ecológica .  Resaltan que las aves marinas no son las únicas que usan el DMS como una señal olfativa para alimentarse.  Algunos mamíferos como las focas, no obstante tener un excelente olfato, pueden detectar el DMS y “no es que lo confunden con comida, es que es comida contaminada”

Para engañar con la noticia interviene el factor humano.  No hace falta una investigación sino la intencionalidad o la ambición.  Quizás ambas. La noticia falsa, camuflada y condimentada  atrae la avidez del lector  y le atrapa en sus “redes” por el caudal de noticias y la rapidez que se producen.  Una vez tomada como verdad, avanza y crece mientras perjudica a muchos y beneficia únicamente a su creador, pues en la medida que es elegida y compartida, aumentan también sus ingresos.   En su camino puede llevarse la credibilidad o la reputación de otros medios o periodistas.  Vale entonces agudizar el olfato y detenidamente examinar sus aristas antes de concederle a lo llamativo tanta o más importancia que a la verdad.

Si luce demasiado “apetitosa” puede estar contaminada.